El trabajo, mucho más que un medio de subsistencia, es un don: una oportunidad de servir, de amar, de dedicar las mejores energías a la realización personal, a la transformación del mundo y el progreso de la sociedad.
Por Enrique Sánchez. 21 febrero, 2022. Publicado en Correo, el 19 de febrero de 2022.A lo largo de la historia se ha considerado el trabajo como un mal necesario, una labor alienante o un castigo de Dios o del destino.
Frente a esta vivencia doliente o indolente del trabajo, se posicionaba el pensador Eugenio d’Ors en 1915: “Hay una manera [de trabajar] que revela que en la actividad se ha puesto amor, cuidado de perfección y armonía, y una pequeña chispa de fuego personal: eso que los artistas llaman estilo propio, y que no hay obra ni obrilla humana en que no pueda florecer”. Y es que cualquier trabajo, sea manual o intelectual, sea mejor o peor remunerado, puede convertirse en una obra de arte.
Todo depende de la preparación y el esfuerzo de su hacedor: “Cuando el espíritu en ella reside –apunta d’Ors–, no hay faena que no se vuelva noble y santa. […] Cualquier oficio se vuelve Filosofía, se vuelve Arte, Poesía, Invención, cuando el trabajador da a él su vida, cuando no permite que ésta se parta en dos mitades: la una, para el ideal; la otra, para el menester cotidiano”.
El trabajo es una vocación: una llamada al ser humano para que, con su labor manual o intelectual, transforme el mundo. Una tarea que tenemos encomendada, un proyecto vital ilusionante, preñado de gozos, obstáculos, expectativas y esperanzas. Una oportunidad de dignificarse, de convertirse en una persona más capaz, más buena, más noble.
Y es que el trabajo no solo cambia el mundo, sino que transfigura también –para bien o para mal– al propio trabajador. Quien trabaja hace, pero también se hace. Y, de los frutos de su labor, se benefician las familias, las instituciones y todos los miembros de la sociedad. Así, el trabajo, mucho más que un medio de subsistencia, es un don: una oportunidad de servir, de amar, de dedicar las mejores energías a la realización personal, a la transformación del mundo y el progreso de la sociedad.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.